En ocasiones el juego más simple es el que mejor cumple los objetivos para los que fue creado. Para ello «solo» es necesario tener muy claro para qué se ha ideado dicha actividad.

Desde hace varios meses, tenemos la suerte de desarrollar diversas jornadas lúdicas para la «Fundación Sindrome de Down» para los que hemos realiado más de 25 actividades diferentes. Para diseñar estas actividades utilizamos diversas metodologías que nos permiten desarrollar diversas competencias y habilidades de las personas para las que las desarrollamos. No solamente ellos mejoran ya que en cada sesión salimos con una gran colección de aprendizajes personales y todos los días nos enseñan una manera distinta de ver las cosas.

Material para las sesiones de juegos educativos en la Fundación Síndrome de Down

Para crear muchos de los juegos que hemos desarrollado, hemos invertido un tiempo considerable para preparar el material necesario y para plantear las normas, las mecánicas y dinámicas que formarán parte de la actividad. A pesar de estos esfuerzos queríamos hablar de una actividad que ideamos tras pensar que queríamos potenciar unas capacidades en las que queríamos enfocarnos: la atención mantenida, la velocidad de reacción y el trabajo en equipo. Para ello, vimos que hacer una actividad en la que tuvieran que mantener varios globos en el aire, sin que salieran del circulo, haría que aprendieran a controlar su fuerza, sus impulsos y que fueran conscientes a valorar el esfuerzo de la colaboración.

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Un juego muy sencillo puede aportar mucho más que uno mucho más complejo. Su correcta dirección también es vital.

Como veis, el juego es sumamente sencillo, pero sus resultados han sido increíbles. Hemos ido añadiendo diversos matices a la actividad y nos enfocamos mucho en controlar cada minuto de la misma para conseguir que cumpla los objetivos para la que la creamos. Cada vez que realizamos este juego, añadimos algún pequeño matiz a su desarrollo y a las pautas para dirigirlo y no deja de asombrarnos cada vez que lo realizamos. Con un juego que solo dura 5 minutos, es increíble cómo se logra que este grupo de excelentes chavales mejoren en unas capacidades de concentración y autocontrol.

Este tipo de sorpresas es lo que tiene el juego: permite que; gracias a su capacidad de diversión y participación voluntaria, puede conseguir objetivos que de otra manera sería complicado alcanzar.

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