Utilizar técnicas neuroeducativas, mejora el interés y atención en el juego.

En los artículos anteriores explicábamos diversos aspectos en los que el juego afecta de manera positiva en los jóvenes desde el punto de vista neurológico.

En este punto, mostramos otras técnicas que pueden ayudar a mejorar la planificación de un juego atendiendo a distintos aspectos relacionados con la neuroeducación:

  • Empieza con algo provocador. Describe la actividad alrededor de una historia atractiva, piensa una frase motivadora, utiliza imágenes atractivas para iniciar el juego o utiliza una reflexión que no les deje indiferentes.
  • Conecta con los participantes. Presenta problemas o situaciónes que les afecten a su vida, relaciones, realidad… y hazlo de forma que lo vean interesante.
  • Haz que quieran y puedan hablar y participar. Crea un clima en el que no exista el miedo a expresarse o actuar. Deja espacio para que construyan sus argumentos y para que sean libres de realizar sus acciones.
  • Introduce incongruencias. El mundo está lleno de ellas. Usa la contradicción, novedad, sorpresa, desconcierto o incertidumbre.
  • Evita la ansiedad. Reduce la presión y no pongas en evidencia a los jugadores. No promuevas que los participantes lo hagan ya que nadie aprende bajo estas condiciones.

Como resumen a todo lo visto, es importante concluir diciendo que «todos podemos ser neuroeducadores en nuestras actividades«. Para tener esta capacidad, es importante conocer la manera en la que trabaja nuestro cerebro. Este conocimiento nos permitirá orientar los juegos para que puedan tener un gran potencial educativo.

Referencias

¿Qué aporta la neurociencia al mundo del aprendizaje?

Neurociencia y educación: ¿cómo podemos jugar, aprender y ser más creativos?

5 propuestas de la neurociencia para mejorar tus clases

¿Porqué jugar nos ayuda a aprender?

Diferencias entre motivación intrínseca y extrínseca.

¿Usamos recompensas para motivar a nuestros alumnos?

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